NUESTRA historia
'Creyendo que todo es posible'
A lo largo de los años ochenta y principios de los noventa la «epidemia» del consumo de heroína generó en España una intensa y preocupante alarma social, debido a un gran aumento de la mortalidad juvenil (la droga “barrió” una generación entera en varios lugares de nuestra geografía), la seguridad ciudadana en referencia al tema de la delincuencia unido al de la droga, y siendo la responsable de que «las drogas» llegarán a percibirse como uno de los tres principales problemas de la población, junto al paro y el terrorismo. A principios de la década de los años 90, se comienza a abordar esta problemática a través de la atención sanitaria pública, ya que ésta no estaba preparada para el problema de las drogas. A partir de aquí se expansionan los servicios sociales (Ampliación del Estado de Bienestar), y se empieza a crear un nuevo campo de profesionales sobre las drogas provenientes de las ciencias sociales y del comportamiento (trabajo social, psicología, educadores, etc.).
Esta situación crea una fuerte demanda por parte de la sociedad en general y en especial, las familias afectadas.
En este contexto social y en respuesta al dolor y desesperación de muchos afectados junto con sus familias, un grupo de jóvenes cordobeses de la Iglesia Evangélica Comunidad de Amor Cristiano coordinados por el pastor Mario Fumero trabajan con la apertura del Centro de Rehabilitación Peniel en el pueblo de Trassierra, un proyecto pionero en Córdoba que perdura hasta el día de hoy.
En estos más de 30 años han sido atendidas más de 900 personas por el programa de Comunidad Terapéutica Peniel. Y además se han desarrollado varios proyectos asistenciales.
Durante todo este tiempo la asociación ha trabajado por el desarrollo integral de las personas que se encuentran en situación de riesgo o exclusión social, dando apoyo a los colectivos de atención, tales como: personas con adicciones de todo tipo (drogodependencia, alcoholismo, ludopatía…), damnificados de catástrofes naturales, internos de centros penitenciarios y menores tutelados.
En la actualidad se han incorporado nuevos programas buscando dar soluciones a desafíos sociales de nuestro entorno, como la atención a personas mayores, personas sin hogar, mujeres en situaciones de vulnerabilidad, víctimas de trata, explotación sexual y otras formas de violencia hacia la mujer, apoyo a familias y personas migrantes que se encuentran en riesgo de exclusión social.